La primera lección que nos deja Éfeso es que Dios busca una iglesia en avivamiento. Ésta debe ser la base de la iglesia. Éfeso fue marcada por estas raíces, al punto que décadas después de ser fundada, Jesús le dijo a través de Juan: “He visto tu arduo trabajo y tu paciencia con perseverancia”. Y también “Has sufrido por mi nombre con paciencia sin darte por vencido”.