La oración es una forma de acercarse a Dios. Cuando nos acercamos a Él, Él se acerca a nosotros (Santiago 4: 7–8). La oración también es parte de la armadura espiritual que Dios nos da (Efesios 6: 10–18). La oración es un privilegio y una herramienta que Dios nos ha dado para que podamos estar en comunión con Él.